La contención, el afecto, la seguridad y la confianza brindada desde nuestro rol docente son organizadores básicos que sostienen y estimulan a los bebés.
Generamos espacios lúdicos para que se inicien en el conocimiento del mundo, explorando el ambiente a través de experiencias comunicativas, corporales y motrices; favoreciendo así la construcción de la identidad y la convivencia con los demás.